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FAN CAM

miércoles, 21 de julio de 2010

Must Have Albums: Soundgarden - Badmotorfinger (1991)



Siempre hay ejemplos a seguir, los encontramos desde el momento mismo de nuestra llegada al mundo cuando buscamos y nos reconocemos en la mirada de nuestros padres. Algunas otras formas de reconocerse las encontramos cuando, tiempo después de una experiencia (auditiva en este caso) vemos reflejadas visiones de nuestras vivencias.

Cuando las bandas capitales de la escena grunge de Seattle despuntaban en las listas de megahits del mercado norteamericano, había unas cuantas agrupaciones que ya gozaban del cierto reconocimiento, tanto por kilometraje como por la extraña belleza de sus obras. Y tengan por seguro que cuando Chris Cornell batía su larga cabellera en algún bar o teatro del circuito americano, ya estaban ahí varios de los futuros héroes que tomarían la posta, aprendiendo del maestro.

Badmotorfinger fue un cúmulo de experiencias agrupadas en doce cortes. Toda la carretera recorrida, los anteriores partos discográficos, la locura del momento que les tocó vivir; todo resumido en un álbum tan elemental, pulcro, tan necesario. La producción de Terry Date nuevamente acertada ya había marcado un giro en su anterior placa Louder Than Love, entonces era también lógico alcanzar mayor madurez por este factor, aparte del gran aporte del nuevo bajista Ben Shepherd quien cumplió el sueño de todo fan siendo reclutado por su banda favorita.

Y es que este disco tiene un encanto particular. Con tantos elementos que, en lugar de fragmentarlo, crean una unidad tan avasalladora como una aplanadora y tan potente como un motor en marcha. "Rusty Cage" es el tema inicio, una introducción desconcertante, tan desconcertante que años después el mítico Johnny Cash la haría suya con una versión hilarante. Hacia la mitad del tema se hace notoria la particularidad del sonido motorizado al que se refiere el nombre del álbum. Sigue "Outshined", todo un emblema noventero, un riff sencillo de tendencia sabbath del más black, espejo en el cual se reflejaron (y calcaron) miles de canciones en los años posteriores. Una letra tan ambigüa como encantadora (I'm feeling that I'm sober even though I'm drinking, I can't get any lower, still I feel I'm sinking… So now you know who gets mystified!).

Hablábamos de ambigüedades, pero hay poco de eso en "Jesus Christ Pose". Tema obviamente vetado por las cadenas musicales por su supuesta onda sacrílega (al igual que el penúltimo surco "Holy Water"), fue una pieza infaltable para desatar el frenesí entre la audiencia que veía como de una simple nota (el tan mentado drop d) se desgranaba una avalancha incontrolable de fuerza, cosa que no era del todo inusual si analizamos el toque que Date daba a cada producción que realizaba. Este tema, junto con el surco anterior, "Slaves & Bulldozers" (que en vivo era llevado al extremo, con Cornell parodiando a The Doors o a sus colegas de Pearl Jam) eran la demostración de cuan efectiva había sido la elección de productor.

Ese factor, el “en vivo”, fue fundamental para esta placa. Quienes hayan visto el documental Motorvision pueden dar fe de ello. Y un tema como "Searching With My Good Eye Closed" obviamente sufriría un cambio para bien cuando era formulada para ser digerida por una masa ansiosa de locura. Una canción a lo Zeppelin que durante toda la gira de promoción fue el disparo inicial, el grito de batalla con el propio Satán induciendo al tema.

Elementos nuevos estaban presentes, tanto el composición como en temática. Claros ejemplos "Face Pollution", "Drawing Flies" y "Room A Thousand Years Wide", que contaban con la presencia de vientos. Este último tema también hacia referencia al nuevo elemento en la alucinada pluma de Cornell, la inquietud y desolación que encontraba en los sentimientos más desbordados en los que se inspiraba (amor, soledad, muerte, incredulidad, ese tambien…) Dando vueltas a los versos de "Mind Riot" , "Somewhere" o "New Damage" comprenderás un poco más.

En fin, una banda que a primera impresión parecía tener tan pocas pretensiones y que con el paso del tiempo fue mejorando como el buen vino, dando su canto de cisne en Superunknown y logrando la madurez perfecta en Down On The Upside. Kim Thayil brindándonos una amalgama de hard rock, psicodelia y metal, embriagado de Iommi y Page pero con suficientes huevos underground como para no desprender los pies del suelo. Chris Cornell en el cenit de sus facultades vocales, que no abrumaban como antaño pero asombraban por su mayor control sobre los mismos. Matt Cameron, siempre siendo Cameron, un ciempiés (y cien brazos) en los tambores y el alucinado Ben Shepherd, demente en las cuatro cuerdas tanto en estudio como sobre el escenario. Una joya de disco. Un monumento de banda.


Tracks:
Rusty Cage
Outshined
Slaves & Bulldozers
Jesus Christ Pose
Face Pollution
Somewhere
Searching With My Good Eye Closed
Room A Thousand Years Wide
Mind Riot
Drawing Flies
Holy Water
New Damage


Lanzamiento: Octubre 8, 1991 (US) – A&M Records 75021 5374 1
Duración: 57:48


Chris Cornell – Vocales, Guitarra
Kim Thayil – Guitarra
Ben Shepherd – Bajo
Matt Cameron – Batería


Músicos Adicionales:
Scott Granlund – Saxófono en “Room A Thousand Years Wide” y “Drawing Flies”
Ernst Long – Trompeta en “Face Pollution”, “Room A Thousand Years Wide” y “Drawing Flies”
Damon Stewart – Narración


Producido por: Terry Date y Soundgarden
Asistente de Producción: Larry Brewer
Ingeniero Adicional: Efrén Herrera
Grabado en: Studio D, Sausalito, CA; Bear Creek Studios, Woodinville, WA. 1991
Grabación Adicional: A&M Studios, Los Angeles, CA.
Mezclado por: Ron St. Germain en Can Am Studios, Tarzana, CA.
Asistente de Mezcla: John Jackson
Masterizado por: Howie Weinberg en Masterdisk, NY.
Dirección de Arte: Len Peltier
Ilustración: Marcos Dancey
Fotografía: Michael Lavine


Descarga completa: http://www.megaupload.com/?d=ykoi4djx


Rusty Cage





Outshined




Slaves & Bulldozers




Jesus Christ Pose 




Searching With My Good Eye Closed




Room A Thousand Years Wide



lunes, 19 de julio de 2010

Must Have Albums: Soda Stereo - Dynamo (1992)



"Es el disco con picos de emoción más altos. Teníamos la sensación de estar haciendo algo musicalmente grande, y que nos satisfacía completamente." – Gustavo Cerati

Por lo general los críticos, esos que se relamen esperando la próxima victima de su voraz ataque olvidándose del carácter objetivo de la opinión seria, son recalcitrantes en que la década de los 90’s no dejó nada rescatable para la posteridad (salvo Nirvana y uno que otro ente pequeño pero “de culto” para unos cuantos iniciados). Sabiendo esto resulta paradójico que en 1992 se haya parido, prematuramente en nuestras comarcas latinoamericanas, el álbum capital del desarrollo del rock de habla hispana (recordemos que el rock como corriente masiva no existía en América Latina por mas de 20 años).

Soda Stereo, el trío argentino con mayor proyección internacional hasta entonces, cerró con Dynamo el ciclo más fructífero de su carrera. Entre 1990 y 1992 editaron Canción Animal, Rex Mix y el álbum motivo de esta reseña. Además Cerati, el cerebro detrás de la maquina, lanzó junto a su – por entonces – inseparable Daniel Melero el genial Colores Santos, placa imprescindible cuyos efectos son palpables en los futuros trabajos de los bonaerenses.

Y vaya que Dynamo tiene manera de defender su titulo. La base rítmica compuesta por Bossio – Alberti se vuelven una autentica aplanadora, machacando el camino para que la guitarra de Cerati fielmente acompañada por samplers, loops, reverberaciones y demás artilugios de estudio; se abra paso como cuchillo caliente. Una autentica amalgama supersónica que se dispara con “Secuencia Inicial”, que luego “Toma La Ruta” con la lirica tan prolija que caracterizó siempre a Gustavo (Probaste luna y bebiste cielo, y a veces sueñas con volver a los viejos buenos tiempos…).

Etéreo es un adjetivo que queda corto a partir de aquí. En Remolinos y sus efectos volcánicos transforman, mutan, se contorsionan y dejan exhaustos a los oídos y otras zonas de alta sensibilidad. Se hacen más que obvias las influencias de las que siempre se nutrieron y las nuevas tendencias que asimilaron velozmente (empacho del Loveless, de esos escultores del sonido llamados My Bloody Valentine). En este estado se las arreglan para mantenernos en vilo con Primavera 0, el single del álbum y desde entonces infaltable en sus set lists (Las interpretaciones en su última gira fueron francamente soberbias)

Camaleón es el justo desfase que en manera sutil te lleva de la mano a la joya del disco. Aquí entra Luna Roja, única en su género, es el tema que saca cara entre el resto haciendo que esta placa sea imperecedera, que aún en este 2010 suene tan actual, irresistible. Las letras de nuevo únicas, sutilmente empapadas de sensualidad, son una advertencia confesa sobre el Sida (Primero león luego cordero, ruega a Dios poder volver del desierto…). Sweet Sahumerio y Ameba transcurren, calmada y acompasada la primera y sacudiendo caderas la segunda, para seguir con Nuestra Fe, una exquisitez de tema que parece describir la situación de una banda “que no para de crecer”.

La parte final es el preciso colofón para redondear una obra perfecta. Me pregunto cuántas veces habré repetido Claroscuro, que en la gira de promoción del disco se transmutó con capa tras capa de sintetizadores, secuencias y feedback saturante, con resultados francamente ensordecedores (Recordemos que el termino Dinamo se refiere a un generador eléctrico producto de la inducción electromagnética). Fue, de tendencia floydiana, es una declaración del terror que todos hemos sentido en algún momento cuando “el hastío nos llevó al desengaño”. Un cierre elegante con una trompeta precisa cortesía de Flavio Etcheto.

Para terminar, hablábamos de sensualidad y Texturas es epítome de cuan sugerente puede llegar a ser Gustavo para describir sus manías, con un inicio potente que perfila lo mejorcito que ya había propuesto en temas del Canción Animal (como De Música Ligera o Sueles Dejarme Solo). Claro y digno ejemplo de lo que fue la asimilación del contexto noventero sin llegar a entrar en el saco del alterno-pop.

En fin, un disco egoísta de Soda Stereo. Egoísta porque luego de 18 años sigue siendo una obra inmortal y que no ha encontrado un rival que lo retire de su podio. Nosotros, obsesos sodamaníacos, esperamos que no baje de ese trono jamás. Goles suenan a la distancia…

(Dynamo) consistió en tomar Canción Animal y destruirlo. Es como si a Canción Animal lo hubiéramos metido dentro del agua. Y, a nivel sonoro, quisimos producir eso, las canciones tenían más que ver con algo hipnótico. La idea era remixarlo, mezclarlo con algo más dance e incluir algo más trance en nuestra música. Sé que quienes adoptaron ese disco lo quieren y a mí me pasa lo mismo” – Gustavo Cerati.


Tracks:
Secuencia Inicial
Toma La Ruta
En Remolinos
Primavera O
Camaleon
Luna Roja
Sweet Sahumerio
Ameba
Nuestra Fe
Claroscuro
Fue
Texturas


Lanzamiento: Setiembre, 1992 - Columbia 2-470167
Duración: 56:21

Gustavo Cerati - Guitarras, MPC-60, Bajo, Vocales
Zeta Bosio - Bajo, Percusión, Coros
Charly Alberti – Batería, Percusión

Musicos Adicionales:
Daniel Melero – Sampler, Sintetizador
Tweety González – Sampler, Asistencia de Programación
Flavio Etcheto - Trompeta
Sanjay Bhadoriya - Tabla, Padanth Voice
Eduardo Blacher - Tambura
Roberto Zuczer - Sitar

Producido por: Gustavo Cerati, Zeta Bosio
Producción adicional: Daniel Melero

Grabado y mezclado en: Estudios Supersónico, Buenos Aires, Argentina 1992




Secuencia Inicial




Toma La Ruta




En Remolinos




Primavera 0






Luna Roja




Nuestra Fe




Claroscuro




Fue




Texturas




Mini Documental - Haciendo Dynamo